Silviarevilla@mamaenflor.com
11 Jul
11Jul

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta antes de iniciar un tratamiento de reproducción asistida es cómo van a responder los ovarios a la estimulación. Para ello, se utilizan varios parámetros que permiten anticipar si la respuesta será buena, intermedia o baja, y así adaptar el protocolo de estimulación de forma personalizada. A continuación, te cuento los principales marcadores que se analizan.


1. Hormona Antimülleriana (AMH)


La AMH es actualmente uno de los marcadores fundamentales para predecir la reserva ovárica y, por tanto, la respuesta a la estimulación ovárica. Se trata de una hormona producida por los folículos ováricos en desarrollo y principalmente por los preantrales, y sus niveles en sangre reflejan de forma bastante precisa la cantidad de óvulos disponibles.


Los estudios muestran que cuando la AMH es inferior a 0,4 ng/ml, existe un 80% de probabilidad de obtener una baja respuesta en un ciclo de estimulación ovárica. Esto suele traducirse en menos de 4 folículos con medidas adecuadas para realizar la punción ovárica.


2. Recuento de folículos antrales (RFA)


Otro parámetro clave es el recuento de folículos antrales, que se realiza mediante una ecografía transvaginal en los primeros días del ciclo. Este recuento consiste en observar cuántos folículos pequeños (de entre 2 y 10 mm) están presentes en ambos ovarios.


Cuando existe discordancia entre la AMH y el recuento de antrales, el valor del RFA suele tener mayor capacidad predictiva. Por ejemplo, si la AMH es muy baja pero el número de folículos antrales es razonable, es posible que la respuesta a la estimulación sea mejor de lo esperado. De ahí la importancia de evaluar ambos marcadores de manera conjunta.


3. Hormona foliculoestimulante (FSH)


La FSH es otra hormona fundamental en el estudio de la fertilidad. Se mide al inicio del ciclo (idealmente entre el día 2 y 4) junto con el estradiol basal. Cuando la FSH se mantiene por debajo de 10 UI/L y el estradiol basal está entre 20 y 50 pg/ml, incluso en presencia de una AMH baja, puede ser indicativo de que los ovarios aún conservan la capacidad de producir óvulos de buena calidad.


A diferencia de la AMH o el RFA, la FSH tiene un papel más relacionado con la calidad ovocitaria que con la cantidad de óvulos que se podrán obtener.


4. Resultados en ciclos previos


La información obtenida en ciclos anteriores de estimulación también puede ser muy útil. Saber cómo respondió una paciente en tratamientos anteriores permite ajustar mejor la dosis de medicación y elegir el protocolo más adecuado.


5. Edad de la paciente


La edad sigue siendo uno de los factores más determinantes en fertilidad. A medida que avanza la edad, no solo disminuye el número de óvulos disponibles, sino también su calidad. Por tanto, este parámetro debe considerarse de forma cojunta con los anteriores para predecir la respuesta.


CONCLUSIÓN:

Para predecir la respuesta ovárica y diseñar un protocolo lo más personalizado posible, es fundamental analizar de forma conjunta los valores de AMH, recuento de folículos antrales, FSH y estradiol basal, junto con la edad de la paciente y su historial reproductivo. Esta evaluación integral permite optimizar las posibilidades de éxito y ajustar el tratamiento a las características individuales de cada mujer.


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