Un camino lleno de obstáculos durante la búsqueda de mi segunda hija.

Mi nombre es Silvia Revilla y al igual que tú he vivido el estrés, la ansiedad y el sufrimiento que provoca la infertilidad.

Te cuento un poco mi historia.

Me quedé embarazada de primera hija de manera natural con 36 años tras 3 meses de búsqueda que en aquel momento me parecieron eternos. Por aquel entonces yo vivía ajena a todo el sufrimiento que tienen que pasar muchas mujeres hasta tener a su hijo en brazos.
Decidimos buscar un segundo hijo al año de nacer mi hija, porque queríamos que se llevaran poco tiempo, esa idea que tenemos los mortales que podemos controlarlo todo. Pero la vida me iba a demostrar que hay cosas que se escapan a tu control y me dio un golpe de realidad cuando tras meses de búsqueda el bebé no llegaba. Esperé 7 meses hasta acudir a la SS, y 2 meses después me vio el ginecólogo que me daría uno de los primeros grandes palos que me llevaría durante mis años de infertilidad. Sin hacerme ni una prueba me dijo que si quería ser madre empezara a buscar una clínica privada para hacer un tratamiento de reproducción asistida. Por aquella época yo tenía casi 39 años y 1 hija, suficiente para que ni me miraran en la seguridad social. Mi cara debió ser un poema y me dijo que en la seguridad social me podían hacer analítica de hormonas, análisis serológicos y seminograma a mi marido, le faltó decir, y vas que ardes!
Hablé con mi marido y decidimos ir a una clínica privada aunque nuestra economía dejaba mucho que desear. Con mi analítica de hormonas dentro de límites normales, los análisis serológicos y el seminograma de mi marido con los parámetros ligeramente por debajo nos indicaron FIV sin ninguna prueba más. Por aquella época yo ya me metía en foros y trataba de recabar información aunque todavía no sabía muy bien que estaba buscando.

La respuesta a la estimulación fue buena para sorpresa de mi doctora, ya que tenía 39 años, y aunque no tenía ningún problema aparente el foco ya estaba puesto sobre mi por mi edad. Tras la punción obtuvieron 7 óvulos maduros y fecundaron 4, a día 3 llegaran sólo 3 embriones y me transfirieron 1, primer grave error de novata, todavía hay clínicas que te hacen transferencia en día 3 de embrión cuando del día 3 a día 5 se paran muchos embriones que tienen alteraciones cromosómicas. Resultado beta negativa. La siguiente transferencia solicité yo que los embriones les llevaran a blastos porque ya me había estado informando en foros y artículos de que las transferencias se deben hacer en día 5 de embrión. Sólo 1 de los 2 llegó a blasto y me lo transfirieron. Beta muy bajita, aborto bioquímico. Por supuesto en la clínica ninguna explicación más, ni ninguna prueba que plantear.

Nos habíamos quedado sin dinero y sin bebé. Tras varios meses de darle vueltas a si lo intentaba otra vez con mis óvulos o mediante ovodonación, solicitamos un préstamo y nos decidimos por ovo, porque yo quería volver a ser madre y se nos acababan los recursos económicos. Por aquel entonces ya estaba más empapada del tema de la infertilidad y solicité que me hicieran pruebas hematológicas, histeroscopia, histerosalpingografía, y FISH y fragmentación de ADN de esperma, también había comenzado a tratarme con el endocrino para que mi TSH fuera inferior a 2. Poco antes de la ovodonación llegaron los resultados de fragmentación y era muy elevada. Le planteé a mi marido hacer ovodonación mitad con semen de él y mitad con semen de donante para ampliar las posibilidades y le pareció bien porque nunca le ha dado importancia a la parte genética. A la clínica también le pareció bien, todo se lo lo planteaba yo.

Cuando encontraron a mi donante empecé a prepararme para la transfer. El día que me llaman para decirme cuantos óvulos le habían extraído en la punción me dicen que lo sienten mucho pero que no había ninguno maduro, la explicación fue que la donante probablemente no se había puesto bien la medicación. Otro palo porque estás con toda la ilusión de la transferencia y de repente vuelves al principio. 

Me buscan nueva donante. Extraen 14 óvulos, 9 llegan a día 3. y el día de la transfer nos llaman que sólo había llegado dos embriones a blasto del donante. Decidimos ponernos los 2. Beta negativa.

Le pido a mi marido hacer el último esfuerzo y nos meten en lista de 6 meses para adoptar un embrión. A los 6 meses me transfieren un blasto de calidad A. Beta positiva, a los días la beta baja y tengo un bioquímico.

Decidimos dejarlo porque ya no había más recursos, y mi marido no quería seguir intentándolo pero yo no podía parar de leer y de darle vueltas. Tanto leer encontré una cínica que te garantizaban el embarazo con adopción de embriones con 3 transferencias y si no te devolvían el dinero. Mi marido nuevamente vuelve a ceder porque yo estaba muy triste, no podía dejarlo y pedimos ayuda a mis padres.

Por mi cuenta nuevamente acudo al inmunólogo y me manda pruebas. Me pauta prednisona porque a pesar de tener un KIR AB todos mis receptores son A a  excepción de 1. Solicito a la clínica que me busquen un embrión C1C1 y me dicen que en adopción de embriones no es posible.

Primera transferencia en ciclo natural, negativo.

Segunda transferencia beta positiva de 89 a 9 días por transfer, 48 horas después va duplicando, todo va bien hasta la eco de la semana 12 que me dan la noticia de que no hay latido. El gran palo de mi proceso. quiero tirar la toalla pero me queda un transferencia y a no ser que la haga no recuperaría el dinero. No quiero seguir, pero se que meses más tarde querría intentarlo. Me hago transferencia a los 4 meses del aborto. Beta positiva de 204 a 9 días post transfer, todo bien, pero yo no estoy bien, tengo miedo, paso un embarazo con mucha ansiedad hasta el ultimo segundo. El día 3 de septiembre de 2021 nace mi hija Zoe, por fin nuestro sueño de volver a ser padres se había cumplido.



Y al final del camino...esperaba lo mejor.